Andrés Aliaga Lewis, en este homenaje, interpreta la música y la poesía de Violeta Parra. Las vive y las trae al campo gráfico, creando series de grabados. Cada grupo de imágenes, en sus colores y evocaciones, transcriben las partituras rurales. Dibujadas con brea, carcomidas con ácido, entintadas y prensadas, las estrofas disfrutan con su nuevo arreglo, y el autor se descubre narrando nuestra memoria, nuestra sabiduría popular.
Andrés Aliaga, como pintor y actor, como grabador y flautista, se identifica con la transversalidad artística en el genio creativo de Violeta Parra. Explorando esta libertad, crea un conjunto de cuadros espontáneos, resueltos, arrojando tinta de grabados, mezclando técnicas que conoce e imagina. Su homenaje abarca lo lineal tanto como lo intuitivo: Lo lineal, a través de las series grabados, que hacen referencia directa a canciones que hoy forman parte del repertorio popular. Y lo intuitivo, por medio de estas pinturas, donde el artista transmite, sin necesidad de estructuras, su percepción y su empatía, su perspectiva emotiva. Recitando la leyenda de Violeta a su pinta.




